jueves, 21 de julio de 2011

Un Perucho en Colombia, Segunda Parte.

Uno

Diego se levantó de su nueva cama. Las maletas aún estaban llenas. Se sentía extraño. A penas Salió del cuarto un calor empezó a recorrer todo su cuerpo. Era un calor un poco asfixiante. La Señora de la casa donde se quedaba ya tenía el desayuno listo, esta vez era huevo con pan, chocolate y frutas. Diego agradeció el hecho que no le sirvieran más caldo, tendría que empezar a ser fan del caldo de huevo si es que quería pasar desapercibido por la ciudad. Ese día tendría que ir a la Universidad a ver sus horarios, la señora le comentó que en Bucaramanga se estudia desde las seis de la mañana, por más que intento cuadrar el horario no pudo evadir el hecho de empezar a las seis de la mañana. Diego tiene que resignarse a levantarse tres veces por semana antes de las seis de la mañana. “al que madruga, Dios lo ayuda”, pensó Diego y siguió revisando los cursos que llevaría este semestre. Los cursos son buenos, son mejores que en Lima. Varios de ellos nunca los verá en su Universidad, son más especializados, mejor desarrollados y hasta le presentaron a la encargada de su especialidad. Una colombiana muy atenta (para variar) y con un acento encantador. De hecho lo primero que Diego admiró de Colombia fue su acento, tanto que le gustaría que su acento se le pegará. De esa manera pasaría más desapercibido en la ciudad y de repente hasta le venden las cosas más baratas.

Bucaramanga es una ciudad que se puede caminar, de hecho Diego se caminó toda la ciudad el primer día y no porque quisiera conocerla, es que se perdió y tuvo que dar varias vueltas, pero al menos ahora sabe cómo ubicarse. En esta ciudad las calles no llevan nombre de escritores famosos, presidentes corruptos o historiadores frustrados, sino simplemente números. “Bucaramanga es como un plano cartesiano. Las Calles atraviesan de norte a sur y las carreras de sur a norte, si es que te quieres ubicar solo debes cruzar las carreras con las calles”, les dijo el asistente de Relaciones Internacionales de la Universidad, un joven que tiene una risa un poco extraña y que le encanta mezclar el español con el inglés. “Genial, entonces no me tengo que memorizar nombres de personas, eso esta bien”, le dijo Diego al de la risa estrambótica y este asintió con una risa que hasta ahora sigue retumbando en sus oídos…

Dos: GooooooCacola

photoblog_peru_colombia01Una de la tarde. Diego esta frente al televisor custodiado por dos Colombianos con las caras pintadas y camisetas amarillas. Perú y Colombia van 0 a 0, por el momento eso le favorece a Diego, en la Televisión empieza a ensalzar al equipo Colocho, que son los mejores de la Copa, que nunca han perdido un partido, que tienen no sé cuántas horas sin perder ningún partido. Los custodios de Diego solo se ríen y lanzan improperios cada vez que Falcao se pierde una o que el otro jugador la manda lejos con la cabeza. Pero todo se transforma cuando en el tiempo extra (o alargue como dice el comentarista) “un descuido” del portero colombiano pone el primer tanto para la selección “inka” (asi fue narrado por la televisora) de momento hay un silencio sepulcral, nadie dice nada y Diego está en el medio de ellos, a punto de estallar de alegría, asi que solo atina a hacer lo que vio hace unos minutos: “GooooooCacola, por favor, me invitas una CocaCola” los colochos lo matan con la mirada, pero Diego solo sonríe, el segundo Gol del Loco Vargas, enloquece a sus custodios y hace que sigan lanzando improperios. Diego solo sonríe y pide permiso para ir al baño. Cierra la puerta del baño y celebra el gol peruano. Sale del baño todo serio, a seguir viendo el partido. Sus custodios, solo atinan a apagar el televisor e irse, con la cabeza gacha, a sus cuartos. Diego, en cambio, coge su casaca de Perú (a sabiendas que eso podría traerle represarías) y sale de la casa a caminar por las calles de Bucaramanga, para encontrar una ciudad vacía, casi fantasmal y triste. Las esquinas llena de colochos tristes, con sus camisetas de la selección pero sin la sonrisa que se dibuja en el rostro de Diego, la gente mira su polo y le lanza una mirada fulminante, Diego solo avanza, buscando un lugar donde poder celebrar. Llega a un restaurante muy lujoso y se dispone a celebrar el triunfo peruano, aunque sea el único feliz en toda la ciudad, no le importa la selección inka, la selección del mago Markarian, logró sacar a Colombia, uno de los favoritos y posicionarse como uno de los cuatro mejores equipos de América y eso era un motivo más que suficiente para celebrar…

Tres: El recibimiento especial

Ya es como el tercer día y Diego se da cuenta que tiene una protuberancias en su piel, y esta seguro que vino sin ellas de Lima. Se extraña, le cuenta a la señora de la casa, ella se rie y le dice que son los zancudos, que le están dando la bienvenida a Colombia. “Es eso o es que los zancudos se están vengando de que Perú sacó a Colombia de la Copa América”, pensó Diego. Pero sea lo que sea el punto es que los zancudos muy pronto acabarían por succionarle toda la sangre si es que antes no hacia nada. Diego sale en busca del antídoto para esos insectos que se han empecinado en no dejarlo dormir y que tiene una obstinación por la sangre inca. Sale a la calle, el día está soleado. Estarán en unos 23 grados, cuando avanza un par de cuadras, el cielo pierde su color brillante y empieza a llorar, pero su llanto no es como Lima, esta lluvia si moja, pero Diego ya estaba preparado. Esta vez tenía el paragüas en el bolso lo saca y salva el día. Diego esta sorprendido, el solo pensaba que en Lima el clima era loco, pero parece que en Colombia el clima también fuma de la buena y esta algo loco. “Es como si Dios tirará dados cada minuto para cambiar el clima”, dice Alejo, el de la risa estrambótica, el fashion, el psicólogo, el de Relaciones Internacionales. Sigue caminando y cuando ingresa a la tienda para comprar el repelente la lluvia se detiene, sale de la tienda y el sol resplandece. Regresa a la casa. Es viernes en la noche, su instinto cinéfilo lo llama. Busca en Internet una cinema cerca, coge la dirección y empieza a caminar.

Cuatro: comparaciones

peru-colombia“Qué más?”, “Qué hubo?”, y demás fueron las palabras que Diego escucho esa mañana. Es que es la forma de saludarse entre ellos. Es como decir un Qué tal?, Cómo estas?. De pronto lo tratan de Señor, de Usted, hasta de Don y Diego solo se asombra y trata de imitar. Empieza a tratar a las personas de usted, de Señora, de Señor, es que así pasas desapercibido y pues no te tratan diferente. Vas a la tienda y en vez de decirle véndame, le dices regalame. En vez de decirle flojo a alguien, holgazán o que no hace nada le dices “Este man, esta mamando gallos”. Cuando te enojas con alguien no solo le miras con cara de pocos amigos sino que dices” Me saca la piedra, es que este man me saca la piedra” y cuando alguien huelo feo es que “huelo a perro”…estas fueron las primeras jergas que Diego agrego a su ya “culto vocabulario”. “Pero las jergas aquí no son tan malas, al menos no la relacionan con la comida, como en Perú”, le dice Diego a la señora de la casa, que está empecinada en ir a buscar si es que la palabra Lúcuma existe o si es que es solo un invento de su nuevo inquilino. Las culturas Colombiana y Peruana no son tan distintas, solo se diferencian por el dejo y por algunas que otras palabras que a Diego le parecen muy chistosas, además aquí todos te tratan muy formales, eso le agrada a Diego. De seguro habrán nuevas palabras que Diego aprenderá y eso le emociona mucho, ya no puede esperar para que empiecen las clases, aunque tenga que levantarse a las cinco de la mañana, pero será interesante conocer a esta nueva cultura….Pero ya está cansado, ha sido un día muy largo. Cierra la puerta, se “baña” en repelente y se deja caer en las manos de morfeo

Próximo Post: Un Perucho en Colombia, Tercera parte

La rumba colombiana, la caminata hasta la judía y el encuentro con los otros estudiantes de intercambio….

Qué te parecio la vida de Diego??....Vamos comenta.

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domingo, 17 de julio de 2011

Un Perucho en Colombia, primera parte.

Uno: La despedida

IMG_4191Diego se levantó adolorido, los moretones de la última partida de PaintBall aún se empecinan en no dejarlo ir. Se cambió y se dirigió a relajar su mente con un partido de billas. Su contrincante-amigo, para variar llegó tarde. Diego disfrutó mucho el billar, aunque el clima no le era favorable, pero conversar y ganar algunas mesas fue una buena manera de despedirse de Lima. Pero este sería tan solo el inicio de una serie de despedidas, algunas alegres otras; tristes, algunas mejor organizadas que otras. Pero aunque logró decirle adiós a todos, no fue fácil hacerlo, en especial a uno de ellos. Las despedidas siempre son tristes, pero son más tristes cuando no hay palabras que decir y solo queda el silencio y el sollozó lo llena todo. La mejor manera, para Diego, de no sentir que se va es pasar las últimas horas con sus amigos y seres más queridos. Hacer la maleta, conversar con los amigos, almorzar con la familia es la mejor manera de pensar que uno solo se va de paseo. Pero aunque Diego pueda retener las lágrimas por un tiempo y pueda hacerse a la idea que es tan solo un paseo de fin de semana muy en el fondo sabe que los extrañará, sabe que no será lo mismo, sabe que sus padres ya no estarán con él, que sus hermanos no estarán, aunque sea para fastidiarlo, y sabe que aunque ahora puede existir el Facebook u otras maneras de comunicarse sus amigos ya no estarán con él. Diego, suspira, toma aire e ingresa al avión. Dejando atrás una madre, un padre, un cuñado que mueven sus manos como despidiéndose. Diego enseña el pasaporte y deja Lima atrás.

El vuelo estuvo dentro de lo normal, ver una buena película ayudó a que Diego se olvidará de sus amigos, de su familia y de su vida en Lima. El llegar a Bogotá y sentir que casi pierde su vuelo, le ayudó a mantener su mente ocupada y sentir la adrenalina por unos instantes ayudó que su viaje fuera placentero, en cierto sentido. Llego a la ciudad que será suya por cinco meses, 126 días y miles de horas. Una ciudad caliente, donde puedes tener en el bolsillo miles de miles de pesos, pero donde una gaseosa puede llegar a costar como tres mil. Al bajar por la escalera del avión lo recibió con neblina y llovizna, y eso que Diego pensó librarse de la lluvia de Lima….

Dos: La llegada

imageUn taxi amarillo sería el escogido de llevarlo a su nuevo hogar. “Bienvenido a Bucaramanga, la ciudad bella”, dice un taxista sonriente. “Debe ser la ciudad roba maletas”, piensa para sí , Diego. Tendrá que resignarse a dormir con la ropa que tiene, es que el destino le jugó una mala pasada y las maletas de Diego fueron a parar sabe Dios a qué lugar, o de repente se quedaron en Lima, obstinadas en no partir. Una casa en el segundo piso, una cama con un colchón delgadito, una mesita de noche y mucho calor se aseguran de darle la bienvenida. Diego busca, como quién busca agua en el desierto, una señal de Internet, es que acaba de darse cuenta que no le ha dicho nada a sus padres, no saben nada de él desde la tarde. No consigue nada, se da por vencido y se acuesta.
En la mesa hay un sobre, en el sobre una carta y en la carta indicaciones. Las lee cuidadosamente. Le piden que esté en la Universidad a las once de la mañana. Se lava la cara, sale a conocer la zona, un sonido en su vientre le hace dar cuenta que tiene hambre. Busca un lugar donde comer, desayuna un caldo, una arepa y café con leche, mientras agradece a su cuñada por los pesos que le regalo. Falta poco para ir a la Universidad, pero se da cuenta que no tiene ropa, las maletas aún no llegan, pero como si es que le hubieran leído los pensamientos un taxi amarillo aparece con su maleta. Diego le agradece al señor y sube las maletas. Ahora si se baña, se pone un short, un polo, se hecha colonia y espera el taxi que lo llevaría a la que sería su siguiente casa de estudios…

Tres: El encuentro

image“Bienvenido a la Universidad Autónoma de Bucaramanga (UNAB), su casa por el siguiente semestre”, esas simples palabras pronunciadas por una morena con un acento tan encantador que si le insultará igual sonaría tan bonito. La señora (ojo en Colombia no importa que tengas 20 o 30 para ellos serás señora o señor) lleva a Diego al área administrativa de la UNAB, un edificio que tiene cerca de 30 años y donde se encuentra el Decano de su facultad. Sube al tercer piso, un pasillo largo tiene las oficinas de todas las facultades. La morena presenta a Diego, las secretarias se paran de su escritorio y lo saludan atentamente. Diego se percata de un cartel en la pared que lo hace sentir alegre “Está de moda ser latino”. Le dicen que el Decano está en una reunión y que lo atenderá en unos minutos. Diego ve la oficina del Decano, la ve abierta, se sorprende, en Lima solo vio al Decano un par de veces, solo en ceremonias, y muy lejos. Diego ingresa a la oficina del Decano, el Decano se levanta de su asiento, le extiende la mano, le da un apretón muy fuerte y su acento es diferente, de hecho todo su actuar es diferente, se entera que es un Paisa (ósea de Medellín), eso explica sus modales y su acento. El Decano le hace sentir su pesar por la maleta, esto conmueve a Diego. Le pregunta qué tal durmió. Diego le dice que bien, aunque sintió las maderas de la cama. El Decano empieza a hablarle de la UNAB, del prestigio que ha ganado la UNAB en los últimos tiempos, del convenio firmado con la Universidad de Diego cuando ingresa el asistente de Relaciones Internacionales. Diego solo había intercambiado correos con él, así que su impresión fue grande al darse cuenta que era un joven, pues en la mente de Diego era un señor de 50 años, gordo, sin pelo (aunque en eso si acertó), con tres divorcios, un gran carro con chofer y cinco hijos. El Decano continúa hablando de la UNAB y llena a Diego de información y libros.

Lo que más sorprendió a Diego fue el siguiente gesto: El Decano le pregunta si es que tiene planes para almorzar, Diego responde que no y el Decano hace una llamada y separa tres almuerzos para el medio día. Diego está más que sorprendido, nunca en su corta vida un Decano había sido tan amable con él y le había invitado a almorzar. “Esto serán los cinco mejores meses de mi vida”, pensó Diego. El almuerzo fue más que delicioso. Sopa (nota mental: para ser un pueblo caluroso los Bumangueses toman mucha sopa) de alcachofa, trucha en salsa de maracuyá, verduras, puré y de postre un Tiramisú, pero la comida no solo era buena sino que la compañía también. Estar al lado de un hombre tan gentil y lleno de mucha experiencia era simplemente glorioso. La sobremesa fue buena, hablaron de Lima, de la Universidad de Diego, hasta de política y como fondo musical la potente voz de Eva Ayllón retumba en todo el restaurante. El Decano se despide con otro apretón de manos y con la promesa de que vayan a su oficina cuando quieran, que las puertas siempre estarán abiertas y el internet a su disposición. “Si en Lima las cosas fueran así, la gente estudiaría sin temor y alegre”, vuelve a pensar Diego.

Regresa a la oficina de relaciones internacionales. La gente lo saluda. Coge el teléfono y vuelve a escuchar la voz de su madre y su padre en la otra línea…

Pero todavía falta mucho más. El nuevo horario, los otros chicos de intercambio, las comparaciones, las primeras metidas de patas, las caminatas…las nuevas frases…si es que te gusto haz un comentario y espera que todavía falta mucho por ver, o mejor dicho leer

Nos leemos en un Perucho en Colombia, segunda parte.

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domingo, 3 de julio de 2011

Vecinos de San Miguel se quejan por construcción de complejo deportivo

La Municipalidad de San Miguel construyó en el Noviembre del 2009 el complejo deportivo Julio Meléndez, el cual cuenta con tres canchas de grass sintético en una zona de propiedad privada. La obra pública que tuvo un costó de más de un millón de soles y fue realizada sin el consentimiento de los vecinos y de la Municipal de Lima.imagen.jpg

Este es el complejo deportivo Julio Meléndez que ha sido construida en una zona privada sin el consentimiento de los vecinos de la zona ni de la Municipalidad de Lima.

La gestión del actual alcalde de San Miguel, Salvador Heresi, construyó en el mes de noviembre del 2009 un complejo deportivo que cuenta con tres canchas deportivas. Las obras comenzaron el día martes 3 de noviembre del 2009. Esta zona corresponde a los estacionamientos vehiculares de todos los Co-Propietarios del Centro Comercial Rafael Escardo. La Municipalidad de San Miguel simplemente expropió dicho terreno, aludiendo de que era el antro de personas de mal vivir, además mencionando que dicha obra mejoraría el aspecto de la zona y el comercio en sus alrededores, ya “(la zona) que por años convocaba a bebedores, prostitutas y drogadictos, ha sido transformada en un moderno complejo deportivo para beneficio de nuestros vecinos”, como la afirma una nota de prensa colocada en la web de la Municipalidad de San Miguel.

Los vecinos se han organizado y desde hace dos años han empezado esta campaña campal y sin cuartel contra un gigante institucional como es la Municipalidad de San Miguel. El portavoz de los vecinos es el ex secretario de la Municipalidad de San Miguel, Robert Castro Guerra, quien está cansado que la Municipalidad de San Miguel no se pronuncie y dilate más este proceso que lleva ya dos años sin poder obtener justicia. “Justicia que tarda no es justicia, cuánto más vamos a estar en esa historia, ya van dos años”, sentencia un Robert Castro molesto por el silencio sin sentido de la Municipalidad de San Miguel.

La Zona en conflicto

La zona conocida como “La Trinchera”, entre las calles Martín de Murúa y Luis Banchero, es donde se ha levantado un complejo deportivo hace ya dos años. Lo que la Municipalidad de San Miguel no tuvo en cuenta fue que dicho lugar fue declarada como zona comercial por la municipalidad Metropolitana de Lima en 1975 como consta en los archivos internos de la Municipalidad de Lima, documento que data del 4 de Agosto de 1975 y en el cual se resuelve dar como propietarios a las compañías Velardo Escardo y CIA S.C.R.L e Inmobiliaria Guzman Blanco S.A, en dicho propiedad también están incluido los lotes en controversia que forman parte del estacionamiento vehicular de los comercios aledaños. Esto quiere decir que la zona en conflicto tiene la clasificación de CM – Comercio Municipal- y es de carácter privado, por tal motivo se debe contar con el permiso de la Municipalidad de Lima y de los propietarios para construir en dicha zona. Los planes de la Municipalidad de Lima eran cambiar la clasificación de dicha zona de CM a ZRP –Zona de Recreación Pública – lo cual le permitiría construir el complejo deportivo sin pedir permiso a ningún vecino.

Por otro lado, Los vecinos sienten que la Municipalidad de San Miguel pasó sobre sus derechos y se apropió de dicha zona. Los vecinos iniciaron las acciones correspondientes para pedirle a la Municipalidad de San Miguel que vuelva a su estado original dicha zona tal como consta en la carta remitida a la alcaldía de San Miguel el 6 de noviembre del 2009, tres días después que la Municipalidad de San Miguel empezaran los trabajos de cercado de la Zona correspondiente a los estacionamientos vehiculares de todos los Co-Propietarios del centro comercial Rafael Escardo, en dicha misiva se le solicita al Señor Alcalde, desistir en la ejecución de la obra pública (canchas de fulbito) en la Calle Martín de Murua cuadra 1, Urb Maranga, San Miguel, a fin de que no se consume un hecho que podría ser calificado como abuso y prepotencia de la Autoridad Municipal. La Municipalidad de San Miguel nunca respondió a los reclamos hechos por los vecinos.

Empieza la lucha

Al ver que la Municipalidad de San Miguel no respondía la carta. Los vecinos de dicho distrito deciden escribir una misiva a la Municipalidad Metropolitana de Lima, dirigida al Dr. Luis Castañeda Lossio, en la cual ponen en conocimiento a la Municipalidad de las acciones que está realizando la Municipalidad de San Miguel en la zona en conflicto y pidiéndole que revise los documentos y que pueda pronunciarse al respecto en la carta con fecha del 15 de Diciembre del 2009. Otro documento importante que se debe señalar es el Informe Nº085-2009-AVL de fecha 30 de Noviembre de 2009, elaborado por el Arquitecto Ángel Vera Lop, asesor técnico y Magister en Planeamiento Urbano y Regional, dicho documento técnico concluye que el área en cuestión fue recepcionada como parte del Área Pública destinada a Estacionamiento Vehicular, necesarios para satisfacer los requerimientos de los negocios llevados a cabo en los Lotes Comerciales de grandes dimensiones del Centro Comercial de la séptima etapa de la Urbanización Maranga.

También se concluye que la playa de estacionamiento con capacidad para 114 vehículos fue, y sigue siendo necesaria para el desenvolvimiento de las actividades comerciales que se llevan a cabo en las edificaciones comerciales ubicadas en su perímetro y en los inmuebles aledaños y el resultado de la consulta vecinal (Encuesta realizada por la Municipalidad de San Miguel para respalda la decisión de construir las canchas públicas de fulbito) no es de tomar en cuenta porque los vecinos consultados ni siquiera residen en la Urb. Centro Comercial de la Séptima Etapa de la Urbanización Maranga. Tienen en sus inmuebles en zonas residenciales alejadas de la zona de influencia de la playa de estacionamiento o sea que no están involucrados ni comprometidos en la problemática de la pretendida desafectación de uso en trámite.

Como si fuera poco la misma Defensoría del Pueblo se ha pronunciado al respecto en el Oficio Nº 085-2010-DP/OD-LIMA de fecha 8 de marzo de 2010 dirigida al Alcalde de la Municipalidad Distrital de San Miguel, Salvador Heresi, en la cual se recomienda a su despacho la adopción – a la brevedad posible- de las siguientes acciones:

“Disponer, de manera inmediata, que los órganos municipales competentes evalúen adoptar medidas para el establecimiento del uso público (estacionamiento vehicular) del área ubicado en la intersección de las Av. Luis Banchero Rossi y Fray Martin de Murua; equipamiento cuya necesidad para el adecuado desenvolvimiento de las actividades que se llevan a cabo en los lotes comerciales colindantes ha sido relevada por la comuna metropolitana.

Evaluar la actuación de los funcionarios municipales que incumplieron las obligaciones de conservar los bienes de uso público locales, así como de observar el régimen de administración de dichos bienes, de acuerdo a lo expuesto en el presente documento.

Recordar a los funcionarios municipales el cumplimiento de la Ordenanza Metropolitana Nº296-MML, que regula el régimen de constitución y administración de los bienes de uso público en la provincia de Lima”.

La Municipalidad de San Miguel no se quedó con los brazos cruzados y solicitó mediante el Oficio Nº049-2008-GDY/MDSM la Desafectación de un área de terreno ubicado en la Urbanización Centro Comercial Maranga –IV Etapa, urbanización Maranga Distrito de San Miguel, terreno recepcionada como Estacionamiento Público y asignarle la Zonificación ZRP – Zona de Recreación Pública, adjuntando la correspondiente documentación técnica y registral. La Municipalidad de Lima, basándose en el informe Nº085-2009-AVL (mencionado párrafos arriba), del asesor técnico, en el cual se indica que el terreno materia de desafectación tiene el uso de Playa de Estacionamiento del Centro Comercial, con una capacidad de 114 vehículos la Municipalidad Metropolitana de Lima concluye que no cabe acceder a la solicitud de Desafectación del área de terreno ubicado en la Urbanización Centro Comercial Maranga –IV Etapa, urbanización Maranga Distrito de San Miguel, por la necesidad de contar con la Playa de Estacionamiento Público dada la actividad de Comercio Metropolitano que se ejerce en la zona y por no encontrarse dentro de las causales establecidas en la Ordenanza Nº296-MML,artículo 28º, este documento fue redactada por la Dra. Zoila Lizarraga Verastegui, Jefa del Área Legal de la Gerencia de Desarrollo Urbano, con fecha del 2 de Marzo de 2011

Más Irregularidades:

Se tuvo acceso al costo que le correspondió a la Municipalidad de San Miguel construir el complejo deportivo Julio Melendez. Según el cuadro resumen de reporte de datos de obras del periodo 2009, el proyecto tuvo un costo total de 1,319,242.40 soles y fue financiado por la Municipalidad de San Miguel en 120 días calendario, empezando el 15 de Noviembre del 2009 y terminando el 13 de Marzo del 2010 mientras que los documentos obtenidos del portal de Transparencia de la Municipalidad figura que la obra tuvo un costo total de 1,199,322.32 soles, entonces en qué quedamos. ¿A dónde fueron a parar esos cerca de dos mil soles?, además puede una obra que solo cuenta con tres canchas de futbol, servicios higiénicos, reflectores y cercado con acero costar más de un millón de soles, pues buscamos a la Municipalidad de San Miguel para que dé su descargo y hasta el cierre de la publicación no ha respondido . Otro dato sospechoso de este presupuesto es que no se detalla el nombre de la constructora o si es que hubo una especie de licitación. Varios vecinos afirman que nunca vieron un letrero de la Municipalidad al momento de la construcción con el monto y con el respaldo de la misma, como hacen varias municipalidades al momento de realizar obras públicas de gran envergadura como esta.

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Carlos Heresi, hermano del actual alcalde Salvador Heresi, en la construcción del Complejo Deportivo Julio Meléndez, dirigiendo la realización de la misma.

Se tuvo acceso a unas fotos en las que se observan al hermano del actual Alcalde de San Miguel, Carlos Heresi, dentro de la obra - cuando esta se estaba construyendo (dirigiendo la misma). Si se comprobaría que el hermano del Alcalde ha estado metido en la construcción de dicha obra pública estaría habiendo peculado o nepotismo.

Otro hecho irregular en este proceso es el pronunciamiento de la Oficina de Control Institucional de San Miguel (OCI) no es muy claro en su informe, como lo afirma Robert Castro Guerra en una entrevista otorgada para esta investigación: “La contraloría se ha manifestado, diciendo que efectivamente hay infracciones que se han cometido, sin embargo justifican todas las infracciones…la contraloría lo que debería decir es si es que se ha cometido o no infracciones, sí o no, acá hay una suerte de exculpación”.

Los vecinos de San Miguel han observado ciertas irregularidades en el informe emitido por la oficina de contraloría de San Miguel y de la contraloría general. Irregularidades como el cambio de fecha de emisión, justificación del acto irregular cometido por la Municipalidad y que el informe tenga carácter de reservado o protegido, cuando estamos hablando de un informe público. Este tipo de actos tienen que ser contestados por la Municipalidad de San Miguel y hasta ahora la misma hace caso omiso y no se digna a dar ninguna respuesta a los vecinos que ya llevan dos años clamando por justicia. Además es falso que la construcción del Complejo Deportivo haya hecho que los negocios o “antros” que por años convocaba a bebedores, prostitutas y drogadictos, haya sido transformados, ya que grabamos, con una cámara escondida, los alrededores del complejo y se comprobó que todavía sigue algunos bares y discotecas a vista y paciencia de todos los transeúntes.

Las pruebas son más que suficientes. Se ha comprobado, gracias a la investigación realizada, que la Municipalidad de San Miguel traspasó los derechos de los propietarios de la zona en conflicto y que hizo caso omiso al informe enviado por la Municipalidad de Lima, en la que no da a lugar al pedido de cambiar la clasificación de la zona en cuestión a una conocida como ZRP – Zona de Recreación Pública – que le permita construir el complejo sin permiso.

La Municipalidad de San Miguel, al parecer, ha minimizado el hecho y ha tomado una posición de no responder a las acusaciones hecha por los vecinos del distrito. No es cierto que se haya contado con el permiso de los vecinos para la construcción de la obra y que la misma haya contribuido a mejorar la zona, porque los comercios que supuestamente “malograban” la zona siguen abiertos y los vecinos nunca fueron encuestados para saber si es que deseaban la construcción de la canchita en dicha zona.

Los altos directivos de la Municipalidad de San Miguel y el propio alcalde de San Miguel tienen mucho que decir. Desde porque existe dos cifras diferentes en cuanto al presupuesto de la obra, que constructora fue la encargada y porque no hizo caso al informe técnico otorgado por la Municipalidad de Lima, en la que se aclara que esa zona no se puede construir dicha obra, porque es una zona privada y comercial. Al parecer a la Municipalidad de San Miguel y su burgomaestre le importa poco o nada lo que piensen sus vecinos y las autoridades inmediatas como lo es la Municipalidad de Lima y hace lo que quiere, pasando sobre los derechos de los ciudadanos. Esperemos que se cambie esta actitud y haya un pronunciamiento sobre la materia de discusión, para que por fin pueda llegar la justicia que anhelan los vecinos de la zona, hace ya dos años.

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